Un sueño azul celeste.

© Williams

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Los comienzos nunca son sencillos, quizás precisamente por ser eso, comienzos. Representan el umbral hacia lo desconocido, un salto al vacío que despierta tanto emoción como temor en proporciones iguales.
Es el pánico al fracaso, el miedo, que hacen de las primeras veces algo especial.
Los primeros pasos, las primeras palabras, el primer beso... 

El pasado domingo en Abu Dhabi marcó el debut de Franco Colapinto en la Fórmula 2, tras su notable cuarto puesto en la Fórmula 3. El piloto argentino estaba preparado para competir con su nuevo monoplaza, pero fue precisamente este el que le jugó una mala pasada, fallando en dos ocasiones y privándolo de terminar su primera carrera, dejándole un sabor amargo.

Una amargura que ha pesado sobre los argentinos durante 22 años.
22 años sin que un piloto albiceleste haya corrido en la máxima categoría.

Franco encarna la esperanza de toda una nación que lo venera con la intensidad que define a su gente, que convierten a sus deportistas en ídolos nacionales, un fervor que evoca la devoción por figuras como Fangio o incluso Maradona. Al igual que Leclerc es considerado predestinado en Italia, Franco ya ostenta ese rol en Argentina.

Mientras se hacía de noche en el Yas Marina, se cerraba también la temporada del 2023, y después de ese decepcionante estreno en la nueva categoría, Franco quería más.
Las caídas sirven para levantarse más fuerte, con impulso, y el argentino así lo ha hecho dos días después, ocupando un asiento en el equipo Williams y en un monoplaza de Fórmula 1.

Franco Colapinto ha resucitado el sueño de muchos, así como el suyo propio, viviendo, como él mismo decía: “el mejor día de mi vida”

65 vueltas, las primeras de las que prometen ser muchas, en un FW45, de color azul, que hacen que su sueño sea hoy más celeste que nunca.

#ColapintoaF1

ENGLISH:

Perhaps because they are beginnings, beginnings are never easy. They represent the threshold into the uncertain, a leap into the void that inspires excitement and fear in equal measure. It is the panic of failure, the fear of the unknown that makes the first few times so special... The first steps, the first words, the first kiss...

Last Sunday in Abu Dhabi, Franco Colapinto made his debut in Formula 2 after a remarkable fourth place in Formula 3. The Argentinean driver was ready to compete with his new car, but it was this car that played a dirty trick on him, with two retirements that prevented him from finishing his first race, leaving a bitter taste in his mouth.

A bitterness that has weighed heavily on the Argentinians for 22 years without an Argentinean rider competing in the top category.

Franco represents the hope of an entire nation, which idolises him with the same intensity that characterises its people, who turn their sportsmen into national idols, a devotion that recalls the cult of figures such as Fangio or even Maradona. Just as Leclerc is seen as the predestined hero in Italy, Franco has already assumed that role in Argentina.

As night fell at Yas Marina, the 2023 season was also drawing to a close, and after this disappointing debut in the new category, Franco wanted more. Falls serve to get up stronger and the argentinian did just that two days later, taking a seat in the Williams team and in a Formula One single-seater.

Franco Colapinto has revived the dream of many, as well as his own, and has lived, as he said himself, "the best day of his life".

65 laps, the first of what promises to be many, in a blue FW45, making his dream brighter than ever.

#ColapintoaF1

© Williams

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